Núñez de Balboa era el prototipo de conquistador español, con tanta ambición como temeridad, atraído desde su juventud por las posibilidades de hacer fortuna en el Nuevo Mundo. En cuanto pudo se embarcó hacia América y con 27 años se estableció en La Española, donde compró una hacienda que le acabó arrastrando a una deuda tal que tuvo que huir de Santo Domingo para escapar de sus acreedores. Se cuenta que lo hizo como polizón a bordo del mismo navío que Francisco Pizarro. Pero a Balboa le aguardaba un destino diferente. Establecido en un punto estratégico del Caribe, fundó con Martín Fernández de Enciso la ciudad de Santa María la Antigua del Darién o Cumaná y se convirtió en gobernador de Veragua (Nicaragua- Costa Rica- parte de Panamá).
Desde allí inició numerosas expediciones de conquista aquejado por esa fiebre del oro que se fue apoderando de los españoles. Y allí oyó hablar por primera vez de un mar también rico en oro, una oportunidad que, pese a las reticencias de la Corte española, no podía desaprovechar. Con 190 soldados, algunos guías indígenas y una jauría de perros, a bordo de un pequeño bergantín y con varias canoas, se internó en la ignota selva de Panamá.
No fue una travesía fácil, pues a la hostilidad de la naturaleza se unió la resistencia de los indígenas. Ganando terreno palmo a palmo, los de Balboa se internaron cada vez más, hacia las cordilleras de la región de Chucunaque, desde las que, decían, se podía ver el mar. Cuando alcanzaron la cima, Núñez de Balboa se adelantó a todos y fue el primer español en contemplar el pacífico mar, al que bautizó como el Mar del Sur, por ser esa la dirección que había tomado la expedición. Sucedió hace quinientos años y un día.
Dicen que Núñez de Balboa descendió y con gesto ceremonioso hundió su espada y su estandarte en las aguas y tomó posesión del mar en nombre de los reyes de Castilla.
Acababa de realizar uno de los mayores descubrimientos geográficos de la Historia. Para los europeos, la Tierra estaba completa, se abrían nuevas rutas de posibilidades inimaginables y el plan de Colón de llegar a las islas de las especias por occidente se percibió alcanzable. De hecho, pocos años después, alentado por este descubrimiento, Fernando de Magallanes se aventuró a bordear el continente para hallar, por mar, el paso hacia ese Mar del Sur, la puerta de Oriente en la otra punta de la Tierra. Otros siguieron buscando sus particulares El Dorado, y escribieron allí las páginas más gloriosas y más oscuras de nuestra Historia.
No tuvo buen final Núñez de Balboa. Pero cómo terminó sus días lo tendréis que averiguar vosotros. Solo os diré que, para algunos, este extremeño fue un hábil negociador ninguneado por sus superiores y, para otros, ese torvo conquistador cegado por el oro, uno más en la tristísima leyenda negra de la conquista española de América.
Dicen que en una de sus expediciones un cacique americano ofreció a Núñez de Balboa dos tesoros: a su hija como esposa y una perla de inigualable belleza, la llamada "Peregrina". La historia de esta joya es también fascinante. Durante siglos, la lucieron, orgullosas, las reinas de España, fue testigo de robos y traiciones y acabó rivalizando en belleza con los ojos más hermosos de la historia del cine.
Os animo, con promesa de positivo, a seguir el rastro de esta peregrina perla y a contarnos cómo acabó sus días Núñez de Balboa.
El diario extremeño Hoy.es ha publicado este gráfico en el quinto centenario del descubrimiento del Pacífico:
Desde allí inició numerosas expediciones de conquista aquejado por esa fiebre del oro que se fue apoderando de los españoles. Y allí oyó hablar por primera vez de un mar también rico en oro, una oportunidad que, pese a las reticencias de la Corte española, no podía desaprovechar. Con 190 soldados, algunos guías indígenas y una jauría de perros, a bordo de un pequeño bergantín y con varias canoas, se internó en la ignota selva de Panamá.
Balboa toma posesión del Mar del Sur Fuente: Wikipedia |
Dicen que Núñez de Balboa descendió y con gesto ceremonioso hundió su espada y su estandarte en las aguas y tomó posesión del mar en nombre de los reyes de Castilla.
Acababa de realizar uno de los mayores descubrimientos geográficos de la Historia. Para los europeos, la Tierra estaba completa, se abrían nuevas rutas de posibilidades inimaginables y el plan de Colón de llegar a las islas de las especias por occidente se percibió alcanzable. De hecho, pocos años después, alentado por este descubrimiento, Fernando de Magallanes se aventuró a bordear el continente para hallar, por mar, el paso hacia ese Mar del Sur, la puerta de Oriente en la otra punta de la Tierra. Otros siguieron buscando sus particulares El Dorado, y escribieron allí las páginas más gloriosas y más oscuras de nuestra Historia.
No tuvo buen final Núñez de Balboa. Pero cómo terminó sus días lo tendréis que averiguar vosotros. Solo os diré que, para algunos, este extremeño fue un hábil negociador ninguneado por sus superiores y, para otros, ese torvo conquistador cegado por el oro, uno más en la tristísima leyenda negra de la conquista española de América.
Dicen que en una de sus expediciones un cacique americano ofreció a Núñez de Balboa dos tesoros: a su hija como esposa y una perla de inigualable belleza, la llamada "Peregrina". La historia de esta joya es también fascinante. Durante siglos, la lucieron, orgullosas, las reinas de España, fue testigo de robos y traiciones y acabó rivalizando en belleza con los ojos más hermosos de la historia del cine.
Os animo, con promesa de positivo, a seguir el rastro de esta peregrina perla y a contarnos cómo acabó sus días Núñez de Balboa.
El diario extremeño Hoy.es ha publicado este gráfico en el quinto centenario del descubrimiento del Pacífico:
Fuente: Hoy.es |
La Peregrina
ResponderEliminarSu primer dueño fue Felipe II de España, se la regalo a su esposa María Tudor y pasó a manos de la Corona Española, la lucierón reinas como: Margarita de Austria, Isabel de Borbón y María Luisa de Parma. Cuando José Bonaparte invadió España se quedo con ella y se la regalo a su mujer Julia Clary quién la vendio a un marqués. La perla acabó en Estados Unidos en una subasta, la compró un actor famoso Richard Burton quién tenía una esposa que era una gran actriz Elizabeth Taylor que fue su dueña durante mucho tiempo. En la actualidad la Reina Sofía tiene entre sus joyas una perla que se llama la Peregrina regalo de su suegro Juan de Borbón, aunque dicen que esa no es la auténtica que la auténtica se subasto.
María Tortajada Gálvez 1º A
Nuñez de Balboa
Se encontraba explorando el mar del sur cuando recibio una carta urgente de su suegro Pedrarias para que se presentara ante él. En el camino fue detenido por hombres de Francisco Pizarro, quienes lo acusaron de traidor y de tratar de hacerse con tierras de la Corona fue condenado y decapitado junto a hombres de su confianza, siendo los culpables de su muerte Francisco Pizarro y Pedrarias para ellos seguir con los viajes del explorador Nuñez y así fue como más tarde Fernando de Magallanes puso nombre al Océano Pacífico.
María Tortajada Gálvez 1º A
Muy bien, María.
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